Esta Navidad es muy especial para mí por muchas razones. Todas lindas y llenas de esperanza. Pero quiero compartir de manera especial algo maravilloso que viví previo a estas Navidades y que las harán diferentes para siempre.
Considero, hoy por hoy, que es una gran suerte tener un trabajo. Creo que es un gran lujo tener un buen trabajo. Y trabajar haciendo algo para lo que nos hemos preparado y que realmente nos gusta y nos llena, es un regalo de la vida que no tiene precio. Si a eso le agregamos, trabajar con un grupo de personas muy valiosas y especiales, que están presentes, no sólo en lo cotidiano y lo sencillo, sino en aquellas circunstancias difíciles y duras, ya las palabras no alcanzan para describir y agradecer lo que eso significa.
Este año pasé por una circunstancia especial y las personas del lugar donde trabajo, dueñas de grandes corazones, me dieron una de las muestras más grandes que alguien puede recibir, toda una lección de vida y de afecto, que me llenó de fuerza, emoción y agradecimiento. Fue vivir en alma propia,
EL VERDADERO ESPÍRITU DE LA NAVIDAD: ENTREGA Y AMOR.
Es de esas ocasiones en que las palabras se hacen torpes e insuficientes para expresar todo lo que sentimos, pero en un intento desde el corazón les escribí:
Muy queridos amigos y amigas:
Todos vivimos situaciones que nos remueven la vida y debemos enfrentarlas de la mejor manera y lo más positivamente posible. En mi caso, fueron dos duros golpes: mi esposo muy enfermo por 3 años, pero gracias a Dios, recuperándose de a pocos; y mi papi, mi gran amigo y ejemplo, superabuelo de mi hija, que luego de mucha lucha hizo metástasis y murió en Navidad del año pasado. Seis días antes de que él muriera, me enteré que yo tenia un tumor en la cabeza, que me afectaba gradualmente la visión. Una nueva prueba que enfrentar y salir adelante.Este año pasé por una circunstancia especial y las personas del lugar donde trabajo, dueñas de grandes corazones, me dieron una de las muestras más grandes que alguien puede recibir, toda una lección de vida y de afecto, que me llenó de fuerza, emoción y agradecimiento. Fue vivir en alma propia,
EL VERDADERO ESPÍRITU DE LA NAVIDAD: ENTREGA Y AMOR.
Muy queridos amigos y amigas:
Aprendí, una vez más lo importante que es el apoyo humano y la fuerza de la oración en estos casos. Mi esposo, desde el primer al último momento, mi mamá y mis hermanas, luego del shock por lo de mi papi, mi amiga-hermana María Teresa incondicional cada día, la familia de Eric, y entrañables amigos, me dieron su apoyo constante. Yo estuve bastante reservada con el tema, quería evitar preocupaciones en general, y angustias a Erika quien con sus 6 años, ya había vivido demasiadas experiencias de clínicas y doctores con su papi y el mío, y me preguntaba constantemente si yo sí estaba bien. Todo el apoyo recibido en estos meses fue importantísimo e invalorable.
Gracias a Dios todo salió muy bien! La cirugía fue perfecta y el pronóstico a futuro es bueno. Estoy muy contenta y muy optimista. Ahora me enfrento a una etapa nueva, luego del proceso de recuperación y llena de alegría con mucho proyectos ... y demasiadas cosas por agradecer de todo corazón. Vine ayer al colegio, sintiéndome bien, reiniciando mi vida "normal", aunque a paso lento, y pensando que estaba preparada para todo.Pero ... no para lo que me encontré:
Me di con una increíble sorpresa, que me llegó al alma y me hace escribir este mensaje lleno de gratitud. No pude evitar el emocionarme muchísimo con los mails personales, las muestras de preocupación y afecto, y con los mensajes que ha enviado Charo de la Asociación de Profesores y con el acuerdo al que llegaron a raíz de lo que me pasó.
Descubrí, que el lugar donde trabajo (además de todas las cosas buenas que ya conocía) está formado por mucho más que un grupo de gente que tiene en común su centro laboral. Es mucho más que un conjunto de muchas personas eficientes, amables y simpáticas.
Descubrí que somos mucho más que eso.
Descubrí que se trata de un grupo de personas sensibles, generosas y muy solidarias, con mucha capacidad de entrega y un gran corazón
Descubrí, que, sin imaginarlo ni esperarlo, podemos contar los unos con los otros en las situaciones difíciles, y que tenemos brazos para dar generosamente y para abrazar con gran afecto.
Somos un grupo de personas unidas por un lazo fuerte, que trasciende lo laboral, un lazo fuerte y recíproco, que se hace más fuerte con el tiempo.
Escribo esto para agradecer desde el fondo de mi alma, a todos ustedes, los que de una u otra manera se preocuparon, me dieron ánimos, me demostraron su afecto y colaboraron de manera directa para hacer este momento más fácil y llevadero, desde lo afectivo y desde lo práctico, dándome una tranquilidad que no esperaba ni en sueños.
A pesar de estar muy sorprendida, de no ser de las que comparte mucho las dificultades propias y de pensar que hubiera preferido no importunarlos ni estar de este lado de la situación, no deja de llenarme de admiración y gratitud por lo generosos y buenos que han sido conmigo y mi familia.
Nunca olvidaremos esta Navidad, ni yo ni mi esposo y en especial Erika, en la que el Espíritu Navideño estuvo presente en acción y cariño inmensos.
Este tipo de vivencias nos hace crecer, aprender muchísimo y revalorar lo realmente importante.
Espero que esto continúe entre nosotros como un círculo que no debe parar nunca, sino potenciarse, y ser yo partícipe desde el otro lado al que me tocó en esta ocasión, ayudándonos siempre entre nosotros y convirtiendo nuestros lazos en aún más fuertes, solidarios y afectivos, como una verdadera familia.
Somos un grupo de personas unidas por un lazo fuerte, que trasciende lo laboral, un lazo fuerte y recíproco, que se hace más fuerte con el tiempo.
Escribo esto para agradecer desde el fondo de mi alma, a todos ustedes, los que de una u otra manera se preocuparon, me dieron ánimos, me demostraron su afecto y colaboraron de manera directa para hacer este momento más fácil y llevadero, desde lo afectivo y desde lo práctico, dándome una tranquilidad que no esperaba ni en sueños.
A pesar de estar muy sorprendida, de no ser de las que comparte mucho las dificultades propias y de pensar que hubiera preferido no importunarlos ni estar de este lado de la situación, no deja de llenarme de admiración y gratitud por lo generosos y buenos que han sido conmigo y mi familia.
Nunca olvidaremos esta Navidad, ni yo ni mi esposo y en especial Erika, en la que el Espíritu Navideño estuvo presente en acción y cariño inmensos.
Este tipo de vivencias nos hace crecer, aprender muchísimo y revalorar lo realmente importante.
Espero que esto continúe entre nosotros como un círculo que no debe parar nunca, sino potenciarse, y ser yo partícipe desde el otro lado al que me tocó en esta ocasión, ayudándonos siempre entre nosotros y convirtiendo nuestros lazos en aún más fuertes, solidarios y afectivos, como una verdadera familia.
Gracias por ayudarme en este proceso
y por ser un grupo solidario y generoso al que me siento muy orgullosa de pertenecer.
y por ser un grupo solidario y generoso al que me siento muy orgullosa de pertenecer.
MUCHAS GRACIAS DESDE EL FONDO DE MI CORAZÓN!