Soy una convencida de que reír es una de las actividades que más nos beneficia. No necesita un tiempo especial, se puede realizar en cualquier lugar y con cualquier persona. Bueno, dentro de los límites de la lógica y la pertinencia claro (no hablo de soltar una carcajada en medio de una misa de difuntos). De hecho, reír es de las cosas que todos debemos hacer tan seguido como podamos.
Comparto aquí un artículo que encontré en el periódico Perú21, publicado el 2 de setiembre de 2005 y escrito por el psicólogo Dr. Roberto Lerner, que explica muy bien los beneficios de la risa.
La risa, remedio infantable
"El famoso comediante Bill Cosby, afirmó que si uno puede reírse de algo, entonces lo puede superar y sobrevivir. A medida que los científicos avanzan en el estudio de la felicidad, se hace más evidente que la risa genera salud física y mental.
Inicialmente, la vida incluye mucha risa. Hacia los cuatro meses, los bebitos ríen con locura, como parte de un reflejo que, además es contagioso, y, muy pronto, ríen alrededor de 400 veces en un día. Jugar -con palabras o acciones- produce risa, y quienes logran provocarla en otros ejercen liderazgo.
Las cosas cambian con la escolaridad formal. La seriedad de la vida asienta sus reales y, de alguna manera, los adultos parecemos considerar que si un niño está riendo, pues, no está aprendiendo, como si el sentido del humor y lo académico tuvieran una relación inversa. Craso error: las investigaciones muestran que los profesores que hacen reír y usan el humor enseñan mejor y dejan más huellas que los seriotes.
Es sencillo: la risa, aun la sonrisa, ayudan a encontrar soluciones a problemas, tanto emocionales como intelectuales, ya que envían señales positivas al cerebro. Patch Adams lo sabe, y su notable trabajo incrementa -a través de la risa- las defensas del sistema inmunológico. Algunos ejemplos: la glándula pituitaria descarga sustancias que disminuyen el dolor; aumenta la producción de células inmunológicas; se reduce los niveles de cortisol, una hormona cuya presencia está ligada a las situaciones crónicas de estrés, así como los de la epinefrina, que se relaciona con hipertensión y problemas cardíacos; los anticuerpos en la sangre y la saliva aumentan; y las células encargadas de combatir tumores se hacen más presentes.
Es la razón por la que los doctores payasos tienen el impacto que se les conoce. Un circo, el de la Gran Manzana, ya tiene 90 payasos vestidos de doctores que visitan los departamentos pediátricos de muchos hospitales. Su llegada en los nosocomios se traduce en una mejora de los niveles de salud de pequeños pacientes, medidos por criterios objetivos y no solamente por el bienestar reportado por ellos.
Otro dato. Incluso cuando uno no encuentra en otros, o en su alforja mental, razones para reír, pararse frente al espejo y sonreír produce una mejora del estado de ánimo. Lo importante es que el humor genera distancia, pone espacio entre uno y sus predicamentos, abriendo un resquicio para reformular aquello que nos atribula y permitiendo que las cosas sean vistas de manera diferente."